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La crisis migratoria: ¿una crisis de valores?

Ivana Ivorra Andújar


“Sentimos que quizás era nuestro turno de morir. Pero no queríamos morir. Así que decidimos irnos".

(Sahar, refugiado sirio en El Líbano).


¿Qué es lo primero que nos viene a la mente al leer una frase como esta? ¿Nos paramos a pensar o simplemente cerramos los ojos para no tener que afrontar una brutal realidad que sucede a poca distancia de nuestra casa?


En los últimos años, el número de personas que ha arriesgado su vida huyendo de la violencia y en busca de una vida digna es escandalizante: según el ACNUR, en el año 2019, unas 63 300 personas han arriesgado su vida con el objetivo de llegar a Europa y en lo que llevamos de año, ya se superan las más de 1 000 que han muerto ahogadas, convirtiendo así al Mar Mediterráneo en el mayor cementerio de personas que intentan llegar a las costas europeas desde diversos países de Oriente Medio, África, los Balcanes Occidentales y Asia del Sur.


Esta crisis migratoria, sin embargo, se ha acabado traduciendo más bien en una “crisis de valores” al haber sido el aumento del racismo uno de los principales problemas que ha desencadenado la dramática situación de los refugiados en Europa, debido a una inconsciencia general, a una falta de empatía que no permite ponerse en el lugar del otro. Porque a nosotros, europeos, con los recursos necesarios para llevar una vida digna, nos cuesta imaginarnos siendo adolescentes y viéndonos obligados a huir de Eritrea, también conocida como La Corea del Norte de África, y a atravesar por Sudán, Libia y Túnez, hasta lograr, en condiciones infrahumanas, cruzar el Mediterráneo. Cuesta imaginarnos junto a nuestra familia emprendiendo un viaje de huida desde Siria tras ver nuestro hogar destruido por los constantes ataques, fruto de los interminables conflictos entre el gobierno y la oposición. Tampoco visualizamos el transcurso de nuestra vida en lugares donde no cesan los conflictos y guerras, guerras en las que ni siquiera se sabe quién es el enemigo o qué es lo que se pretende exactamente. Guerras cuyas injustas consecuencias acaban pagando los que no deben. Entendemos entonces que estas personas huyen del terror, pues se han quedado sin nada, en el sentido literal de la palabra. Entonces, después de ver esta realidad, me pregunto: ¿qué se le pasa por la cabeza a una persona que canta victoria al cerrar el puerto a un barco con 630 personas a bordo rescatadas en el mar?

Cuando una persona emprende el viaje de cruzar el Mediterráneo, viene de sufrir violencia, tortura, hambre, violaciones de derechos humanos, pero ¿qué le espera después? ¿Qué le espera después de un durísimo viaje tras ser rescatada en alta mar por las ONG o por los equipos de salvamento? La llegada aquí es el principio de otro largo viaje, esta vez, repleto de los trámites y las largas esperas que conlleva una solicitud de protección internacional[1],

 

[1] El Sistema Europeo Común de Asilo de la Unión Europea se rige por la política de asilo de la Unión Europea, la Directiva sobre procedimientos de asilo, la Directiva sobre condiciones de acogida, la Directiva sobre requisitos, por el Reglamento de Dublín, sistema Eurodac, Reglamento (UE) relativo a la Oficina Europea de Apoyo al Asilo (EASO), Directiva relativa a normas y procedimientos comunes en los Estados miembros para el retorno de los nacionales de terceros países en situación irregular, la protección de las fronteras, la política de visados y la política exterior.

 

concedida cuando una persona no tiene garantizada la seguridad y los derechos humanos en su país de origen. Si bien es cierto que los programas de asilo están enfocados a la integración de la persona en la sociedad y que la UE destina parte de su presupuesto a esta causa, cabe mencionar que el procedimiento es muy lento.[2] Desde el momento en que la persona realiza su solicitud hasta que se admite a trámite, pueden darse periodos de tiempo indefinido, y desde que esta solicitud se admite hasta que se obtiene una resolución, pueden pasar años. Años durante los cuales estas personas se encuentran viviendo en condiciones vulnerables o incluso en situación ilegal, por no mencionar que los requisitos para que la solicitud de asilo sea aceptada son estrictas y una gran cantidad de ellas es rechazada.

 

[2] Los solicitantes de asilo, una vez su solicitud ha sido admitida a trámite son entrevistados, mediante la asistencia de un intérprete, por agentes con formación jurídica que determinarán si estos cumplen las condiciones necesarias para adquirir el estatus de refugiado o recibir protección subsidiaria. En el caso de que se conceda el estatuto de refugiado, la protección subsidiaria o por razones humanitarias, la persona tiene derecho a un permiso de residencia y al acceso al mercado laboral y atención sanitaria. En el caso de que la solicitud se deniegue se podría recurrir ante los tribunales, y esperar el resultado final, que concluiría bien en una revocación de la resolución denegatoria o bien en la confirmación de esta decisión, obligando a la persona a ser devuelta a su país de origen o tránsito (Oficina de Publicaciones de la UE, Comisión Europea).

 

En el año 2017, las cifras evidenciaron el colapso de un sistema lento y burocrático al tener, según Ciutat Refugi, 927 300 personas esperando respuesta para obtener el asilo en la Unión Europea. Este mismo año, en España, había, según el informe anual de CEAR, más de 31 120 solicitudes de protección internacional, de las cuales se respondió solamente al 4,4% de las peticiones de los 28 países miembros de la UE. Según Accem, el 2018, trajo consigo un aumento del 79% del número de solicitudes, llegando estas a 55 668, y una nueva evidencia de la necesidad de agilizar estos trámites, de “humanizarlos”, pues se trata de procedimientos que afectan y tienen consecuencias directas en la situación de personas que se encuentran en condiciones muy vulnerables.


Sin embargo, no sólo se necesita “humanizar” los procedimientos técnicos, sino la situación en general, cambiar nuestra perspectiva, pues esto urge en un contexto en el que se han normalizado escenas donde se niega el derecho a la vida, cerrando puertos, dejando morir a personas en el mar, o empleando la violencia cuando se intenta saltar vallas o cruzar fronteras. La crisis migratoria no se trata de un conflicto temporal que necesite de rápidas medidas, sino de una catástrofe que no desaparecerá hasta que finalicen los problemas económicos y sociales existentes en sus países de origen. Nos enfrentamos a un problema que podrá tratar de resolverse siempre que haya una voluntad política y ciudadana. No se trata solo de abrir fronteras, sino de abrir las mentes, y no se trata solamente de crear refugios, estructuras y puestos de trabajo. No, el proceso es mucho más complejo que todo eso: se trata también de crear humanidad y empatía. Y esto se hace desde la sensibilización, desde la educación de valores, desde una educación que ve la diversidad cultural como una riqueza y no como una amenaza, que no predique el “efecto llamada”, pues crear rechazo y miedo, y alejar comportamientos humanitarios no es la solución al problema. Se trata de impulsar políticas migratorias, de simplificar y agilizar los interminables procedimientos de asilo, pues hay personas que son competentes en la materia, aunque para ello también se necesita querer hacerlo.


A pesar de todo, la solidaridad, la compasión y la ayuda humanitaria también se han abierto paso para competir en esta batalla contra el racismo y la violencia. Hemos podido ver la gran labor de las ONG de ayuda humanitaria, las personas de organizaciones como SOS Mediterranée, Médicos sin Fronteras u Open Arms, entre otras, que arriesgan su vida día a día para rescatar a migrantes, o la de trabajadores sociales, educadores y voluntarios que aportan su granito de arena en estas organizaciones realizando labores de todo tipo. Por supuesto, también hemos podido contemplar conmovedoras escenas, así como alemanes que recibieron con aplausos a refugiados recién llegados, o la acogida del Aquarius por parte de los valencianos, quienes se volcaron durante días trabajando sin descanso. La crisis migratoria no debe considerarse como un reto únicamente, sino como oportunidad para Europa para definir, en conjunto, quién queremos ser. Es suficiente con abrir los ojos para ver lo que tenemos delante y tratar de sustituir el discurso que fomenta el miedo, la ignorancia y el egoísmo para crear otro que promueva la humanidad y la solidaridad, un discurso que se aleje más de las “victorias” de Italia y Malta y que se acerque más a aquel de la canción Obriu les portes de Txarango:


“Obriu les portes, obriu fronteres […]

[“En la tierra hace falta personas que

construyan más y destruyan menos,

que prometan menos y resuelvan más,

[…] que digan mejor ahora que mañana.”]

Avui s’obriran totes les portes,

tots els camins en un instant.

[…] Avui trobaràs un mar en calma,

Tots els records dels oblidats.


 

REFERENCIAS:


· Accem (2019). Últimos datos de Asilo y Refugio en España (avance 2018). Recuperado el 4 de diciembre de 2019 de: https://www.accem.es/tag/asilo/


· ACNUR. Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (s.f.). Recuperado el 4 de diciembre de 2019 de: https://www.acnur.org/emergencia-en-siria.html


· Barcelona Ciutat Refugi (s.f.). El papel de la Unión Europea. Recuperado el 4 de diciembre de 2019: http://ciutatrefugi.barcelona/es/el-papel-de-la-union-europea


· CEA(R). Comisión Española de Ayuda al Refugiado (2018). Informe 2018: Las personas refugiadas en España y Europa. Recuperado el 4 de diciembre de 2019 de: https://www.cear.es/wp-content/uploads/2018/06/Informe-CEAR-2018.pdf


· CEA(R).Comisión Española de Ayuda al Refugiado (2018). Más que cifras. Recuperado el 4 de diciembre de 2019 de: https://www.masquecifras.org/


· Comisión Europea. Oficina de Publicaciones de la Unión Europea. Un sistema europeo común de asilo. Recuperado el 4 de diciembre de 2019 de: https://ec.europa.eu/home-affairs/sites/homeaffairs/files/e-library/docs/ceas-fact-sheets/ceas_factsheet_es.pdf


· Comisión Europea. Dirección General de Comunicación (2017). Oficina de Publicaciones de la Unión Europea. La UE y la crisis migratoria. Recuperado el 4 de diciembre de 2019 de: http://publications.europa.eu/webpub/com/factsheets/migration-crisis/es/


· Naciones Unidas. (s.f.). Migración. Recuperado el 4 de diciembre de 2019 de: http://www.un.org/es/sections/issues-depth/migration/index.html


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